Deep dub

El dub como tal tuvo su origen en Jamaica y estuvo asociado a la escena del reggae, con el uso de las composiciones originales de este género siendo transformadas a modo de remezcla, como caras B de los sencillos. Estas composiciones se distanciaban de la canción original ya que muchas veces se les removían las voces, se distorsionaban los sonidos instrumentales y se le agregaban efectos electrónicos así como de sonido que producían un resultado experimental que abogaba por profundizar en la remezcla de sonidos hasta crear una atmósfera musical envolvente. El deep dub refuerza esta noción afincándose en los efectos electrónicos muchas veces repetitivos, que parecen no tener un final concreto y podrían extenderse ilimitadamente durante varios minutos (las mezclas deep dub pueden sobrepasar los 30 minutos de duración).

El set de una mezcla deep dub se va desenvolviendo como las aguas tranquilas de un océano en el cual paulatinamente algunas perturbaciones extras van incrementando la atmósfera creada en un principio, hasta ir evolucionando gradualmente con la inclusión de diversos efectos o el afianzamiento de ciertos sonidos. El deep dub muchas veces suele asociársela con la música ambiental y no es para menos ya que al escucharlas te sientes rodeado por una sucesión de sonidos cautivadores que van cavando hondo en la consciencia de manera imperceptible. El deep dub le hace honor a su nombre, ya que se introduce en tu cerebro hasta adquirir una resonancia profunda que le permite a sus oyentes relajarse y dejarse llevar por la atmósfera musical inagotable.

Probablemente el deep dub no sea una música apropiada si tu intención es buscar música electrónica para una fiesta, pero si prefieres generar un ambiente íntimo y confesional, o necesitas algo para sentirte calmado mientras trabajas, descansas o buscas inspiración, se convierte en la opción perfecta. Es precisamente su discreta seguridad lo que la convierte en un calmante efectivo.